—Buenos días, mi niño -le soltó ella a quemarropa con la voz aún dormida y la entonación de una mujer enamorada.

—¿Agüita fresca por la mañana? -le respondió él acercándose con aviesas intenciones.

Levantó aún más los brazos al cielo mostrando el esplendor de sus pechos y la tersura de su vientre, cerró los ojos, y con una dulce sonrisa...

—Cuando quieras, amor.

—¿Motivo de su visita? -la voz del androide no mostró irritación alguna, a pesar de tener que repetir la pregunta.

—Necesito ver los viejos escritos de los hechos históricos. Los anteriores a la última gran guerra del año 2.746 para ser más preciso.

—Aguarde unos instantes, señor -sin el menor síntoma de emoción alguna en sus palabras.

Oyéndose a continuación una serie de chasquidos y sonidos como de cintas mecánicas discurriendo a gran velocidad, sin duda buscando la información requerida.

Tipantocta dirigiéndose a Atawalpa:

—"Te casas con ella pero no la amas. Lo haces solamente porque es un dictado de tu padre, viéndote obligado a arruinar para siempre tus sentimientos. Y debiendo yo permanecer oculta en la sombra para ser utilizada cuando y como te apetezca, ¿no es cierto?" —abrazada a él y mirándole a la cara rota de llanto—.

"El 10 de febrero de 1519 y tras pertrechar sus naves con hombres, alimentos y armas de última generación, Hernán Cortés se encamina desde las costas de Cuba en dirección al continente dispuesto a conquistar unas tierras que -según los rumores- prometen cubrir de oro y distinción a quien tenga el arrojo y la audacia necesarias para hacerse con ellas". 

"Es esta una colección de 8 relatos breves alumbrados por las plumas de M. CIENFUEGOS , ASTRUD GRIMM, A. DE NIEVE y ANA VANRELL para su inmediato disfrute y posterior reflexión. No busquen en sus páginas más... ni menos".

"El día amaneció nublado, hecho este que no agradó al Inca pues supuso que el sol no estaba de su parte. Más, contemplando el ejército que llevaba consigo, consideró carente de sentido su preocupación y a eso del mediodía emprendió el camino al lugar de la cita convenida".

"El día amaneció nublado, hecho este que no agradó al Inca pues supuso que el sol no estaba de su parte. Más, contemplando el ejército que llevaba consigo, consideró carente de sentido su preocupación y a eso del mediodía emprendió el camino al lugar de la cita convenida".

"En las tres primeras no reparó el Jonathan, pero en la que venía un poco más retrasada... fue como un rayo que le atravesara el corazón, dejándole sin respiración y sin poder ver, oír, ni sentir ninguna otra cosa. Su rostro perfecto, blanco de no conocer la luz del sol pero infinitamente agraciado, albergaba en su ovalo unos dulcísimos ojos verdes de gacela, una naricilla respingona de una delicada suavidad y unos labios de una carnosidad inenarrable que parecían querer decir: "Ven, no tengas miedo que no te voy a comer", pero que en realidad daban que pensar lo contrario. Nunca antes había visto ni sentido nada igual".

"En las tres primeras no reparó el Jonathan, pero en la que venía un poco más retrasada... fue como un rayo que le atravesara el corazón, dejándole sin respiración y sin poder ver, oír, ni sentir ninguna otra cosa. Su rostro perfecto, blanco de no conocer la luz del sol pero infinitamente agraciado, albergaba en su ovalo unos dulcísimos ojos verdes de gacela, una naricilla respingona de una delicada suavidad y unos labios de una carnosidad inenarrable que parecían querer decir: "Ven, no tengas miedo que no te voy a comer", pero que en realidad daban que pensar lo contrario. Nunca antes había visto ni sentido nada igual".

"…Mientras galopaban sintiendo el aire fresco de la mañana en el rostro y la preocupación en los corazones, sin tiempo para recargar las armas, miraban de cuando en cuando hacia atrás y lo que veían no auguraba nada bueno: dos cuadrillas compuestas de ocho jinetes perfectamente armados se iban acercando lenta pero inexorablemente repletos de ansias de venganza.A cada segundo que pasaba, más cerca. Y delante de ellos... suelo llano sin un lugar donde al menos detenerse para plantar batalla. Muy preocupante".

"…Mientras galopaban sintiendo el aire fresco de la mañana en el rostro y la preocupación en los corazones, sin tiempo para recargar las armas, miraban de cuando en cuando hacia atrás y lo que veían no auguraba nada bueno: dos cuadrillas compuestas de ocho jinetes perfectamente armados se iban acercando lenta pero inexorablemente repletos de ansias de venganza.A cada segundo que pasaba, más cerca. Y delante de ellos... suelo llano sin un lugar donde al menos detenerse para plantar batalla. Muy preocupante".

"… “Y después de haber matado a la totalidad de los asistentes a la fiesta, huyeron con presteza hacia palacio refugiándose tras sus muros, siendo de inmediato atacados con piedras y flechas. Cuando salieron hacia aquí, cinco días ha tan solo, toda la ciudad estaba alzada en armas; Alvarado cercado, algunas estancias ardiendo, habiendo muerto más de diez de sus hombres y teniendo un gran número de heridos”. Marina, una vez relatados los hechos a su amante, agachó la cabeza dando la sensación de estar avergonzada por el terrible desaguisado. Pero en sus ojos brillando el odio que sentía por todo lo azteca, alegrándose por lo sucedido".

"… “Y después de haber matado a la totalidad de los asistentes a la fiesta, huyeron con presteza hacia palacio refugiándose tras sus muros, siendo de inmediato atacados con piedras y flechas. Cuando salieron hacia aquí, cinco días ha tan solo, toda la ciudad estaba alzada en armas; Alvarado cercado, algunas estancias ardiendo, habiendo muerto más de diez de sus hombres y teniendo un gran número de heridos”. Marina, una vez relatados los hechos a su amante, agachó la cabeza dando la sensación de estar avergonzada por el terrible desaguisado. Pero en sus ojos brillando el odio que sentía por todo lo azteca, alegrándose por lo sucedido".

"La luna estaba ya alta cuando regresaron de vuelta al campamento tras estudiar la disposición del ejército persa: una larga línea de más de 20 estadios de longitud. Bullendo en la cabeza de Alejandro varias ideas de como atacarla, e imaginando en todas ellas ser Aquiles al pie de las murallas de Troya. Recogiendo aquellos momentos únicos Nadir en su Ο ΧΡΟΝΟΣ ΧΡΟΝΟΥ para deleite de futuros visitantes en aquel día glorioso para Macedonia. Y sin perder detalle del ardor de Alejandro comentando las vicisitudes de sus héroes descritos con tanto realismo en las páginas de Homero".

"La luna estaba ya alta cuando regresaron de vuelta al campamento tras estudiar la disposición del ejército persa: una larga línea de más de 20 estadios de longitud. Bullendo en la cabeza de Alejandro varias ideas de como atacarla, e imaginando en todas ellas ser Aquiles al pie de las murallas de Troya. Recogiendo aquellos momentos únicos Nadir en su Ο ΧΡΟΝΟΣ ΧΡΟΝΟΥ para deleite de futuros visitantes en aquel día glorioso para Macedonia. Y sin perder detalle del ardor de Alejandro comentando las vicisitudes de sus héroes descritos con tanto realismo en las páginas de Homero".